¡Manoseado!

miércoles, 11 de febrero de 2009



Dos motociclistas enmascarados se acercaban desde la otra acera hacia mi novio y yo, cuando vimos a los sujetos en cuestión, un aire de desconfianza atormentaba nuestras mentes, aunque ninguno de nosotros lo comento en vos alta, a continuación nos dimos cuenta que eran oficiales de policía, lo cual provoco aun mas desconfianza en nosotros. « ¿Qué es lo que están haciendo aquí jóvenes?» dijo con descortesía uno de los enmascarados. Después de un interrogatorio de varios minutos nos pidieron nuestras identificaciones, lo cual me pareció absurdo, pero aun así no tuve más remedio que presentarle mi horrible credencial de elector (¡ya soy nene grande!), no conformes con dejarme en vergüenza, nos pidieron que nos levantáramos, yo, me puse de espaldas, me abrió un poco las piernas con un empujón en mi pie, y como en película de policías comenzó a esculcarme, no conforme con manosearme la primera vez, me pidió que sacara mis pertenecías de mis bolsillos y comenzó de nuevo, cuando acabo, simplemente nos pidió que nos retiramos de allí. Si hubiera sido mi novio quien me hubiera tocado no me estaría quejando, ¡Pero no fue él! No se ustedes, pero según mi opinión, yo no tengo cara de maleante y, muchísimo menos mi hermoso novio, así que por más que pienso y pienso (porque si pienso) no encuentro una razón que justifique lo ocurrido. Y por si fuera poco ni un café nos invitaron después de la manoseada, jajaja. (así me sentí).

¡No estamos solos!

martes, 3 de febrero de 2009


El titulo de esta entrada puede percibirse un poco alarmante, es la clase de título que algún pseudo reportero de extra normal le pondría a algún artículo suyo, pero no me quiero referir precisamente a hombrecitos verdes, que en mi opinión es un color genial. A lo que me quiero referir es a otro tipo de entes (me incluyo en el grupo) a los cuales se les ha llegado a considerar como fenómenos, objetos de estudio espiritual y científico, por si esta descripción no ha sido suficientemente clara, me refiero a los homosexuales, gay, putos, maricones y adjetivos calificativos afines.
Pareciera ser un común denominador dentro de la comunidad gay, que los padres crean que sus pobres hijos se quedaran solos y sufrirán mucho debido al “rechazo” de la sociedad, pongo rechazo entre comillas, porque ¡Dios!, nosotros somos la sociedad, si la sociedad así lo quisiera no habría discriminación, pero me he salido de tema, prosigo…
Me he dado a la tarea de observar detenidamente los niveles de homosexualidad de la ciudad de Puebla y, es realmente impresionante, francamente me he quedado boquiabierto, tan solo en mi universidad pareciera que predominan, existiendo los que se mueven como si su cadera se hubiera desviado, hasta los que me lo han dicho como secreto de confesión.
Me ha emocionado saber que existen directores de corporativos; rectores de universidades, algunas malas, otras peores y de algunas cuantas que en verdad valen la pena, existen profesores, contadores, abogados, doctores, etcétera, etcétera, claro sin olvidar a los que con perfección llevan a cabo algún oficio, y a los que no hacen nada bueno de su vida, pero en general los homosexuales son productivos, eficientes, excelentes es sus labores.
Hace no mucho tiempo, estaba con mi novio, sentado en la parte posterior de una pequeña plaza cerca de mi antiguo colegio, pasábamos la tarde sin mayor excitación, sin tomar en cuenta la sentida por la atracción de nuestros cuerpos aunque la tal no era demostrada expresamente. Pero en un momento de debilidad no pude evitar acercarme más a él, recostarme en su hombro y hacerle una pequeña caricia inocente, en ese preciso momento, un grupo de chicas que asisten a la secundaria de enfrente iban pasando y me vieron, mi novio no se dio cuenta de sus reacciones, pero yo si, ¡Fue genial! Las chicas con expresión tierna levantaron sus pulgares hacia nosotros en símbolo de apoyo, empezaron a vociferar frases de simpatía. Poco después las chicas regresaron pero en esta ocasión era un grupo más grande, los ánimos eran los mismos, yo, desde lo profundo de mis ser les di las gracias. Las tales chicas en verdad parecían conmovidas, lo cual me hizo pensar que una relación es hermosa no importando de los individuos que la compongan, siempre y cuando sea sincera.
Desde aquel momento me empecé a dar cuenta que hay más gente apoyándonos que criticándonos, ahora puedo caminar de la mano de mi novio libremente, puedo besarlo sabiendo que no es algo de lo cual me deba avergonzar y francamente me embarga de felicidad.
Para todos aquellos que han decidido abrir su mente y ser tolerantes gracias.